Anna Anderson, cuyo verdadero nombre era Franziska Schanzkowska, fue una mujer polaca que afirmaba ser la gran duquesa Anastasia Románov, la hija más joven del último zar de Rusia, Nicolás II. Anderson ganó notoriedad en la década de 1920 al afirmar que había sobrevivido al asesinato de la familia Románov durante la Revolución Rusa de 1918. A lo largo de los años, Anderson recibió el apoyo de algunos miembros de la familia Románov y de simpatizantes que creían en su historia.
Sin embargo, a lo largo de su vida, Anderson enfrentó varias investigaciones que cuestionaban su identidad y afirmaciones. En 1979, pruebas de ADN confirmaron que Anderson no era un miembro de la familia Románov, y en 1991, los restos de la familia Romanov fueron finalmente identificados a través de pruebas de ADN.
A pesar de las pruebas científicas que desacreditaron su historia, Anna Anderson mantuvo su afirmación de ser Anastasia Románov hasta su muerte en 1984. Su caso continúa siendo un enigma y objeto de debate entre historiadores y partidarios de la teoría de la supervivencia de Anastasia.
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